¿Hasta dónde llegará Corea del Norte con sus sorprendentes pruebas nucleares? La comunidad internacional quedó completamente atónita en la víspera al conocer la envergadura del reciente ensayo nuclear de largo alcance, tanto que el Consejo de Seguridad de la ONU ha sido convocado para sesionar el próximo martes y evaluar la amenaza que representa el régimen de Pyongyang al insistir con actividades censurables a pesar de los avances mundiales por proscribir cualquier tipo de acción nuclear. 

El impredecible líder norcoreano Kim Jong-un no oculta sus intenciones de crear un escenario convulso para la paz internacional. La actitud del régimen totalitario norcoreano colisiona con el principio aceptado por los miembros de la ONU de la paz y tranquilidad internacionales, consagrados en la Carta de San Francisco (1945). La comunidad internacional tiene derecho a la paz que Corea del Norte parece querer alterar. Esta transgresión, además, refleja la ausencia de vocación por una convivencia pacífica por parte de Pyongyang. No parece advertirse que el mayor foro político del orbe permanezca de brazos cruzados frente a una arremetida provocadora de los norcoreanos. 

Si acaso Jong-un busca querer llamar la atención internacional, hace rato que lo ha conseguido. El nuevo panorama político en aquella tensionada península asiática donde Corea del Sur acaba de elegir a un nuevo presidente, que incluso dejó entrever el inicio de un acercamiento, parecía anunciar promisoriamente una nueva etapa distinta a todo lo anterior; sin embargo, Jong-un parece estar muy lejos de estos deseos, que pudieron marcar una etapa novedosa a todo lo vivido por los coreanos, que desde la guerra en que el país fue dividido en dos (1953), mantienen hasta la fecha un armisticio o paz no declarada