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Con el inicio de la XXIV Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), con sede en nuestro país, el Perú se coloca en los ojos del mundo como anfitrión de este evento, que como plato fuerte tiene la reunión, este fin de semana, de los líderes de 21 economías que están unidas a través del océano Pacífico como herramienta para el comercio.

Luego de ocho años, es la segunda vez que se realiza este encuentro en Lima, y sin duda el atractivo en esta ocasión radica en lo que sucederá en breve en Estados Unidos, donde se ha elegido como presidente al republicano Donald Trump, quien ha anunciado grandes cambios en los acuerdos comerciales que tiene su país con sus similares, muchos de ellos integrantes de APEC.

Sin duda, la realización de este evento en nuestro país, con la participación de líderes políticos y empresarios de las principales potencias mundiales, genera una excelente oportunidad para exponer los atractivos acá existentes para atraer inversiones, que es precisamente lo que necesita todo país para tener un crecimiento sano, desprovisto de populismos y demagogias, esas que tanto daño le han hecho al Perú y otros países.

Es poco probable que en los próximos diez o doce años se lleve a cabo otra cumbre de APEC en nuestro país, por lo que debemos mostrar lo mejor de un Perú que busca salir del atraso y de sus aún elevados índices de pobreza, que solo con inversión y crecimiento podrán ser combatidos. El evento que nos convoca en esta semana es uno de los tantos caminos que debemos recorrer para ir hacia arriba.