Una decisión que se toma no necesariamente agrada a todos, muy por el contrario, casi siempre genera polos opuestos: quienes están a favor y los que la rechazan. Y eso es lo que generó el fallo del juez Richard Concepción Carhuancho, quien acogió el pedido del fiscal Germán Juárez que planteaba reclusión preventiva para la ex “pareja presidencial”.

Medida vigente en nuestra democracia, que a pesar de sus imperfecciones busca mantenerse en pie con elecciones populares continuas en los últimos años, donde los diferentes poderes del Estado tratan de actuar de manera independiente y técnica.

El presidente del Poder Judicial, Duberlí Rodríguez, y el fiscal su perior Rafael Vela han salido inmediatamente a respaldar la labor desplegada tanto del juez como del magistrado acusador, coincidiendo en señalar que “la decisión fue adoptada respetando las garantías de ley”. El mensaje que dan es: “La justicia es igual para todos” y de seguro calará en la población que necesita recuperar la confianza en sus instituciones, tan cuestionadas por errores cometidos a lo largo de la historia.

Las voces que cuestionan que la detención es “arbitraria y excesiva”, como: “Ya era hora, que paguen por su culpa”, seguirán escuchándose en los siguientes días, empero aquí se espera que los encargados de hacer justicia cumplan su trabajo profesionalmente para llegar a una sentencia que determine si tanto el señor Humala como la señora Heredia son culpables o no de los delitos que se les imputan en estos momentos. Hay que seguir el proceso sin apasionamientos y los actores deben cumplir con su trabajo.

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