Mal haría el gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski si se duerme en sus laureles luego de la levantada de popularidad que ha tenido en las últimas encuestas tras el llamado Niño costero y comienza a descuidar la atención básica de las personas afectadas por este evento, como aquellas que vimos el domingo último en el programa Panorama, padeciendo en Piura porque no recibían cuidados médicos ante posibles cuadros de dengue.

Si el Estado ha salido bien parado luego de la atención de la emergencia, sería una tragedia que ahora no sea capaz de asistir a las cientos de personas que por estos días salen de sus derruidas casas a buscar atención médica, pero que al acudir a una posta o un centro de salud casi arrastrándose con cuadros de fiebre e intensos dolores de cabeza y cuerpo por posible dengue, se dan con la sorpresa de que no hay camillas, pastillas de paracetamol, médicos ni enfermeras.

¿O es que acaso no se tomaron las previsiones del caso en el Ministerio de Salud para dotar de lo necesario a fin de atender a los piuranos? Lo visto el domingo en el mencionado programa de televisión, en que los propios médicos y enfermeras no se daban abasto para atender a las decenas de personas que van llegando todos los días, era realmente dramático, pues se suponía que los centros asistenciales de Catacaos y alrededores debían estar equipados.

Ayer lunes se ha visto a la ministra de Salud, Patricia García, recorriendo la región La Libertad, y eso está muy bien. Pero ojalá que en las próximas horas llegue a Piura, a los alrededores de las zonas inundadas en los últimos días de marzo, allí donde las personas, incluyendo niños, tienen que esperar horas a ser atendidas por un médico o una enfermera, mientras no pueden más con los malestares generados por el dengue.

Si se salvó a quienes quedaron atrapados por el agua y se les dio de comer y beber una vez que perdieron todo, ahora que aparecen males como el dengue no se les puede abandonar a su suerte. Era absolutamente previsible que luego de las inundaciones vendrían los zancudos transmisores de enfermedades, y el Estado que dice que tiene recursos hasta para los Juegos Panamericanos Lima 2019, no puede darle la espalda a esos compatriotas.