Las dos personas fallecidas hace pocos días en la Carretera Central, tras un deslizamiento de rocas que aplastó el camión en el que viajaban, ha puesto nuevamente sobre el tapete lo peligroso que es viajar por esta vía, la más importante entre Lima y el centro del país, en estos tiempos de lluvias y fenómenos climatológicos.

Y mientras los huaicos y accidentes bloquean la Carretera Central casi a diario desde enero hasta marzo, no hay soluciones a esta problemática. El Gobierno Regional de Junín ha planteado una autopista de cuatro carriles, desde Huaycán hasta La Oroya, que significaría que esta ruta se recorra en dos horas y media. Por lo tanto, a Huancayo se llegaría en 4 horas y media. El proyecto tiene el apoyo del Ministerio de Transportes y Comunicaciones y en breve transferirá un presupuesto para los estudios de factibilidad y los expedientes técnicos respectivos.

Sin embargo, en los últimos días, las eternas disputas en la región han creado un mal ambiente. El congresista Israel Lazo ha dicho que la autopista de cuatro carriles es improbable porque le ha llegado un “documento de la Ositran, en el que manifiestan que no se puede perjudicar a Deviandes (que tiene la concesión de la Carretera Central), pues la construcción de una vía alterna perjudicaría sus intereses. Además, señaló que habló con la viceministra de Transportes y ella le dijo que una autopista es imposible.

Lo cierto es que algunas autoridades y dirigentes sociales de Junín salieron al frente y acusaron al legislador fujimorista de querer boicotear las gestiones. “Está tirando piedras a la región y hablando chismoserías”, dijo Michelle Antignani, del Comité de la Autopista.

Mientras sigan las pugnas y peleas, poco se podrá hacer por solucionar este grave problema.

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