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El hombre más rápido del mundo se despide del Olimpo, aunque su legado quedará grabado a hierro y fuego para siempre. Luego de completar su tercer triplete de oro consecutivo (100 metros planos, 200 metros planos y 4x100 metros postas) y sumar nueve medallas doradas, el “Rayo” más carismático y querido de la tierra ha decidido decir basta y terminar su brillante carrera olímpica siendo todavía, sin ninguna discusión, el mejor velocista del momento.

Millones de fanáticos del jamaiquino alrededor del mundo todavía guardan esperanzas de que Bolt recapacite. Expertos y comentaristas deportivos permanecen escépticos ante el retiro anticipado de un monstruo del deporte olímpico. El mundo entero pareciera resistirse a la decisión del propio Bolt, que llegó a convocar a una conferencia de prensa para confirmar que Río 2016 sería su última olimpiada, y todavía sueñan con ver a “Rayo” en tierras japonesas. Que su hambre de gloria sea tan voraz que olvide promesas necias y retorne a defender su cetro en Tokio 2020.

Hoy Usain cumple 30 años bañado en oro. Ya no es el chiquillo impetuoso que deslumbró con su velocidad y actitud alegre y ganadora. Ahora es una leyenda. Un Dios del Olimpo deportivo, y sus récords y marcas quedarán ahí por si alguien lo intentara olvidar algún día. Hecho ya un veterano, en un deporte donde los años pesan toneladas, todavía Bolt vence a sus rivales con una comodidad y una ventaja casi cómica. Y él se divierte viendo cómo el mundo delira por su hegemonía absoluta en la pista atlética de cualquier estadio, en cualquier recóndito lugar del planeta. Y aunque en cuatro años sería ya un “viejo” a nivel deportivo, cuesta creer que alguien pueda superar las marcas del jamaicano si este puede mantener su velocidad.

Pero sabe Usain que los próximos Juegos están demasiado lejos. Demasiado mundiales, horas de entrenamientos, estrés, presión, lesiones, dietas tortuosas y calambres desquiciantes. Todo aquello que quería demostrar, lo termino de confirmar en Río 2016. Es y será uno de los mayores protagonistas en la historia de los Juegos Olímpicos. Pase lo que pase en Tokio y en los subsiguientes torneos.

Si alguna duda guardaba Bolt sobre su continuidad en la máxima competencia, esta se terminó de despejar luego de traspasar la línea de meta en la final de los 200 metros, con la mirada clavada en el cronómetro digital. Su gesto delata la bronca dentro de la alegría. Quería superar el récord mundial que él mismo registró en 2009, hace ya siete años. Sus palabras, minutos más tarde, parecieran sepultar el resquicio de esperanza que todavía quedaba. “Corrí fuerte en la vuelta. En la recta mi cuerpo no respondió. Estoy envejeciendo”.

Por lo pronto, está confirmada la participación de Bolt en el Mundial de 2017, en Londres, y será entonces cuando se despejará toda duda. Volverá a correr contra sí mismo, e intentará de nuevo superar a su yo antiguo. Aquél joven impetuoso que corría a velocidades supersónicas. Entonces sabrá con toda certeza si es momento de decir adiós y hasta siempre.