Lo bien que se enfrentó en un primer momento la emergencia generada por el llamado Niño costero podría terminar en el fango si el Ministerio de Salud no es capaz de controlar los casos de dengue que, por estos días, no solo afectan a cientos de personas especialmente en la región Piura, sino que también viene castigando a médicos, enfermeras y administrativos del ámbito público, tal como lo ha alertado la Dirección Regional de Salud de esa jurisdicción.

Estaba claro que luego de las descomunales inundaciones de los últimos días del mes de marzo, vendría el dengue. Sin embargo, desde los primeros casos, tal como lo reportamos en los medios, se vieron serias dificultades que hicieron que muchos de los afectados tengan que esperar horas en las puertas de postas, centros de salud y hospitales para ser atendidos con una pastilla de Paracetamol de 500 miligramos o con la asignación de una cama si es que se disponía su internamiento.

Lo irónico es que la referida situación, propia de países perdidos en el mapa, donde las enfermedades tropicales suelen convertirse rápidamente en epidemias, sucede en el Perú en un contexto en que el propio Gobierno se jacta de contar con recursos. Se habla de los Panamericanos y hasta de la reconstrucción, lo cual está muy bien. Pero, ¿y la salud de la gente que no recibe una adecuada atención en medio de la expansión de la enfermedad que ya afecta hasta a los médicos?

En estos días se habla de la interpelación al ministro de Transportes y Comunicaciones, Martín Vizcarra, por el aeropuerto de Chinchero; y al titular del Interior, Carlos Basombrío, por la marcha terrorista con resguardo policial. Si se trata de pedir explicaciones al Ejecutivo por aparentes deficiencias o irregularidades en las diferentes carteras, entonces cabría hacer lo mismo con la responsable del sector, Patricia García, pues en este caso se trata de vidas humanas.

De otro lado, para este jueves y viernes se han anunciado heladas en las zonas altas de Arequipa, Apurímac, Ayacucho, Puno y Tacna. Habrá que ver si ante esta situación también previsible se actúa con la debida eficiencia y no sucede lo que vemos en Piura, en que los casos de dengue se incrementan sin que los servicios de salud pública, ahí donde van los más pobres que no pueden ni comprar algo que les baje la fiebre, estén a la altura del problema.