Uno de los motivos de parte del fujimorismo para censurar en diciembre último al entonces ministro de Educación, Jaime Saavedra, fue el escaso avance mostrado por el país en la habilitación de infraestructura física para estar en condiciones de ser sede de los Juegos Panamericanos 2019. Se dijo que el titular de esa cartera había dado prioridad a otros asuntos y no al evento deportivo cuya sede será Lima.

Sin embargo, hoy que Saavedra ya no está y que el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski ha ratificado de decisión de ser sede del evento, pese a las voces que pedían renunciar a ser los organizadores, habría que ver si se está avanzando en la construcción de la Villa Panamericana y los escenarios que se necesitan para la realización de las competencias deportivas.

Lástima que desde que salió Saavedra, muy pocos en el ámbito político se interesen por hacer seguimiento a los Panamericanos. ¿O es que realmente solo importaba tumbarse al ministro y nada más? ¿Si tan grave era su poco avance en la tarea de preparar todo para ser sede del evento deportivo, por qué nadie analiza si ya se superaron las demoras y se subsanan los atrasos ya existentes?

Un evento deportivo de la magnitud de los Panamericanos es una vitrina para el país que lo organiza, por lo que si en 2013 hemos asumido el compromiso de ser sede y lo hemos ratificado hace poco en el actual gobierno, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Se requiere dinero, voluntad de hacer las cosas y, sobre todo, honestidad, para no tener nuevamente los problemas que arrastramos hasta hace poco desde la gestión de Ollanta Humala.

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