En realidad, no debería sorprender tanto la actitud de algunos integrantes del Frente Amplio ante los comandos que participaron en la brillante operación “Chavín de Huántar”, si tenemos en cuenta que este grupo político incluyó en su lista de postulantes al Congreso a gente que como Abel Gilvonio, quien estaba abiertamente a favor de la libertad del máximo cabecilla del MRTA, Víctor Polay, preso en la Base Naval del Callao por asesino y terrorista.

Lamentablemente para el Perú y nuestra política, el Frente Amplio cuenta entre sus filas a personajes para el olvido como Justiniano Apaza, quien cree que los comandos no son héroes porque actuaron masivamente contra los 14 terroristas que tenían cautivas a 72 personas. Además, ha dicho que el asesino de Néstor Cerpa y compañía no eran de peligro, porque desde un inicio no eliminaron a los rehenes que tenían privados de libertad. Indignante.

Es esta gente de izquierda la que considera “presos políticos” a los detenidos del MRTA, como si matar, mutilar a seres humanos, secuestrar y poner bombas fueran acciones políticas y no conductas criminales que merecen ser sancionadas con todo el peso de la ley. Pero no, estamos en el Perú, y para personajes como Apaza y los que quisieron llevar a Gilvonio al Congreso, a sus “compañeros de ruta” hay que tratarlos con guantes de seda.

Irónicamente, esta gente que tanto defiende derechos humanos de criminales, y le cuesta afirmar que los comandos del Ejército y la Marina pueden ser considerados héroes por su acción de hace 20 años, es la misma que aplaude a rabiar a Nicolás Maduro y quizá por estos días mostrará su beneplácito por el reparto de medio millón de fusiles a igual número de milicianos chavistas, que quién sabe qué harán con esas armas.

Los peruanos debemos tener muy en cuenta que quien nos puso a Apaza, a Gilvonio y a otros similares o peores en la lista al Congreso por el Frente Amplio fue su lideresa, Verónika Mendoza, quien suele andar por aquí y por allá pregonando sobre derechos humanos, en lugar de tener más presentes los brutales crímenes de terroristas como los que su gente defiende como si se tratase de “luchadores sociales” y no de viles asesinos como Polay y Cerpa.