Muchos peruanos están acostumbrados a votar por el mal menor y creen estar condenados a conformarse con candidatos presidenciales que tienen una enorme carga negativa.

Sin embargo, parece haber llegado un momento de hartazgo que abre la posibilidad a que alguien irrumpa en la escena política y desplace a los candidatos ya posicionados.

Los organizadores de CADE piensan invitar a su evento a los 3 o 4 candidatos que lideren las encuestas, pero quizá el próximo Presidente de la República no se encuentre entre los favoritos de la multimedia. No sería la primera vez en la que el Perú real pasaría por encima del Perú de ficción creado por algunos medios.

El descontento, la desconfianza en la clase política y el desprestigio de los principales actores revelan que el espacio para la esperanza y el cambio sigue libre.

El trabajo de marketing político desplegado por PPK, Keiko y Alan García ha hecho que sean los únicos que figuran hoy con posibilidades. Si los comparamos con el menú de un restaurante, ninguno de los platos parece ser del gusto de los comensales y en la carta no figuran -todavía- platos ricos y saludables.

La pluralidad de la multimedia peruana para presentar todas las opciones políticas es vital para garantizar elecciones libres, justas y democráticas.

El gran reto de los otros candidatos está en dar a conocer pronto sus propuestas y demostrar que tienen la capacidad y a los equipos para llegar a la Presidencia.

La trayectoria personal, la honestidad comprobada y la capacidad de gestión son elementos clave para tener un buen desempeño en un proceso electoral en el que la gente quiere votar por alguien en quien confiar.