Cada 28 me da por soñar con un Perú ideal, en el país de todos que aún no somos. Será que reproducir la actualidad -interpretarla, confrontarla, investigarla, cuestionarla y sentar opinión a diario en TV- hace que uno acumule una larga agenda de pendientes. Mientras usted lee esto, PPK está por leer su mensaje. Si se anuncia algo de lo que leerá a continuación, me doy con una piedra en el pecho:

Reforma total del Estado. Un Estado con HD. Ágil. Desde la computadora. Una Sunat amable y con cargo a la tarjeta. El Estado le dará la mano a la gente y ya no se la cortará. Inversión pública. Atraer la gran inversión privada. Generar confianza. Principio de autoridad sin tregua. Ser liberales de verdad, comenzando por nuestras leyes.

Todos los peruanos tendrán, por dignidad y derecho, agua y desagüe de calidad. Lo banca el Estado hasta donde pueda; de ahí APP o privados. Más plata en Salud y Educación; hospitales y colegios modelo, vía obras por impuestos: alianzas con grandes empresas. Se suben sueldos a médicos y maestros, bien capacitados. Si tomas aeropuertos, preso y despedido.

Grandes carreteras, autopistas, puentes y túneles en todo el país. Una nueva carretera central con el postergado túnel transandino. Empresas impecables del mundo. A Odebrecht, patada en el poto; licitamos sus proyectos y nos vemos en los tribunales, manga de corruptos. Licitar a la vez todas las líneas del Metro de Lima y crear las que faltan: 7, 8, 9 y 10. La tuneladora va por el subsuelo y no para el tráfico en la ciudad. Trenes en costa, sierra y selva; en norte, centro y sur. Cercanías. Fronteras vivas.