El beneficio de la duda es lo único en lo que Jefferson Farfán se puede apoyar para responder en calma al llamado de la selección. Ricardo Gareca lo incluyó en la nómina de convocados para enfrentar a Bolivia y Ecuador en la próxima fecha doble de Eliminatorias. En las últimas semanas, el regreso de la “Foquita” a la selección era casi un tema definido, un secreto a voces. La visita de Néstor Bonillo y Nolberto Solano en Rusia y la titularidad del jugador en los últimos partidos del Lokomotiv ruso daban forma a un preámbulo ideal de lo que sería el retorno de un jugador que representa una época incierta para la selección.Más allá de los méritos que Farfán haya hecho para volver a ser tomado en cuenta, está aquello en lo que la selección se ha convertido con el paso de los meses. Este no es el grupo que Jefferson dejó, el cambio completo se dio principalmente en torno a la proyección que estos jugadores tienen, a las sensaciones que priman en el grupo y al nivel de responsabilidad que cada uno de los integrantes adquirió con el paso del tiempo. Farfán vendrá a sumarse a algo que ya está encaminado, algo que en su momento él no tuvo la capacidad de liderar ni comandar.Sus virtudes son innegables, y mal haríamos en emplear este espacio en reseñar, una vez más, todo lo bueno que el fútbol de Jefferson Farfán le puede dar a la selección. El tema pasa por ese aporte que va mucho más allá del juego en sí y que ha sido fundamental para que, a estas alturas, Perú continúe con opciones tangibles de clasificar al Mundial Rusia 2018. Su lejanía de la selección fue casi una decisión voluntaria, elegir una liga de poco fuste como la de Qatar desembocaría tarde o temprano en un bajón de rendimiento que se terminó dando más pronto que tarde. De otro lado están los temas lejanos al deporte de los que formó parte casi sin darse cuenta y que representaban todo aquello de lo que el grupo de Gareca buscaba alejarse. Esa exposición mediática que podría entorpecer la paz que tanto le costó a este grupo alcanzar estaba representada en Farfán y, lamentablemente, continúa siendo así.Jefferson se sumará a una modalidad de trabajo ajena a él en sus épocas de selección, tendrá que dejar de lado esa idea vinculada al hecho de ver en la convocatoria la posibilidad de emplear el tiempo en Lima para atender otros asuntos de índole personal. Farfán tiene que comprender que su primer compromiso desde que pise suelo peruano será con la selección y lo tiene que comprender de una vez y para siempre. Encontrará un escenario al que no está acostumbrado y eso será bueno, tampoco tendrá un puesto asegurado en el once, situación totalmente inédita para él a su edad, pero que también le será de mucha utilidad.Hoy estamos ante la posibilidad de que Farfán sea el jugador que la selección necesita y, de ser así, el llamado será todo una acierto. De lo contrario podría darse un quiebre considerable en todo lo que se ha conseguido hasta ahora, lo cual resultaría imperdonable por donde se le mire.