La selección peruana jugó dos amistosos en el interior del país. El primero de ellos ante Paraguay en Trujillo y el segundo frente a Jamaica en Arequipa. El partido jugado en la Ciudad Blanca tuvo ingredientes particulares, ya que hacía más de 20 años que el equipo de todos no se presentaba ante el público arequipeño. Sobre el papel, ese detalle le daba al evento un sabor particular y generaba un ambiente de expectativa más que justificado.

Sin embargo, se vivieron situaciones tensas en determinado momento. Para empezar, el hecho de que Melgar tuviera que trasladarse al Cusco para recibir a Alianza Lima por el Torneo Apertura, a raíz del partido de la selección, provocó cierto rechazo en algunos sectores. La situación era menos compleja de lo que los críticos buscaban hacerla. La disposición del equipo “Dominó” fue completa y no se presentó resistencia alguna de la Administración. Aun así, las redes sociales eran escenario de una suerte de campaña en la que se invocaba a los arequipeños a no aceptar este “atropello” por parte de la Federación Peruana de Fútbol (FPF). Puntualmente, la página de Facebook Nación Rojinegra invocó a que la selección jugase con estadio vacío ante Jamaica como medida de protesta.

El resultado fue aplastante no solo en el campo de juego. El lunes, cuando la delegación todavía no llegaba a Arequipa, la venta de entradas se mostraba lenta y se preveía un escenario con varios espacios vacíos a menos de 24 horas para el duelo. Sin embargo, la llegada del equipo, el recibimiento por parte de la gobernadora regional de Arequipa y, sobre todo, el gesto por parte de los propios jugadores de salir a las afueras del Hotel Libertador e interactuar con los hinchas fue determinante para que el martes se viera un lleno casi total en el estadio Monumental de la UNSA.

Hay algo en lo que podemos estar de acuerdo con ciertas voces que criticaron lo sucedido el día martes y es la calidad del rival de turno. Jamaica superó las expectativas que se tenían y fue incluso peor de lo que se esperaba, demasiado modesto, permisivo y hasta dócil por momentos. Circunstancia que le permitió a Perú jugar con una libertad excesiva, potenciando ciertas virtudes, pero reduciendo la intensidad ante una selección que se terminó por entregar luego del segundo gol. Más allá de eso, es digna de aplauso la iniciativa de la FPF de descentralizar el fútbol y, de la mano con eso, la tendencia de Ricardo Gareca por respetar al hincha y buscar acercarlo a su selección. Acciones como esta también cuentan para forjar una nueva etapa de cara al futuro.

De otro lado, no está de más decir que rechazamos la actitud de quienes buscan invocar a estadios vacíos o sabotear la presentación del equipo de todos. Nada justifica tal medida y la respuesta del público arequipeño ante tal pretensión fue contundente. El último martes Perú consiguió una significativa victoria.