En medio de desastres naturales y emergencias en gran parte del país, próximamente se iniciará el proceso de interpelación al ministro de Transportes y Comunicaciones, Martín Vizcarra, por una adenda al contrato de construcción del aeropuerto de Chinchero, en el Cusco. El también vicepresidente de la República responderá en la fecha que determine el Congreso 82 preguntas, tras la postergación de su presentación ante el pleno. Esperemos que la mayoría del Congreso no incurra en el error de imponer consignas y enfrascarse en una discusión de nombres propios que al final se transforme en discordias y enfrentamientos insalvables. En estos momentos, el país exige procesos de convergencia y no echar culpas con ventilador. Más que palabras, son urgentes los gestos y sobre todo galvanizar energías para luchar no contra el otro sino junto al otro para superar la adversidad en todo el territorio nacional. Hay que usar la palabra mesurada, principista y nunca incendiaria. La gente quiere definiciones. En estos momentos, lo menos que desea son los shows y menos el circo. Algunos gobernadores regionales, como los del Cusco, Apurímac, Arequipa y Junín, han pedido actuar con responsabilidad democrática y consideran injusta e inoportuna la interpelación. “Creo que Martín Vizcarra, como buen provinciano y exgobernador, comprende mejor nuestras necesidades”, han coincidido en decir las autoridades subnacionales. Aguardan que los legisladores no lleguen al agresivo sistema de imponer sus votos con arbitrariedad y así derrocar a un ministro más en menos de un año del actual gobierno de Pedro Pablo Kuczynski.

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