Llegó a Lima el expresidente de Bolivia Carlos Mesa, vocero oficial de su país en la posición altiplánica en el juicio incoado por La Paz contra Chile en la Corte Internacional de Justicia requiriéndole que Santiago quede obligado por un fallo a que negocie con Bolivia una salida soberana al Pacífico.

La visita del astuto periodista y exmandatario, que llegó al Perú procedente de La Habana, se debió a una invitación de la Federación Interamericana de Abogados (FIA), que reunida en nuestra capital por cinco días y hasta ayer, celebró su 51° Conferencia internacional y el 75° aniversario de su fundación. El Comité Ejecutivo de la FIA, integrado por los expresidentes de la Federación, había aprobado en abril de este año, también aquí en Lima, que se desarrolle un foro académico -que me tocó moderar- sobre el asunto boliviano-chileno ahora judicializado en La Haya.

Las invitaciones se hicieron y, como era de esperarse, los bolivianos en un santiamén aceptaron y vino, entonces, la magistral exposición -hay que decirlo- de Carlos Mesa. En contraste fue sentida la ausencia de un representante oficial de Chile, y eso fue un enorme error. Felizmente, el probo jurista chileno Fernando Saenger Gianoni, profesor de derecho constitucional y miembro de la FIA, accedió a intervenir a título personal por invitación de la propia Federación. Los loables y espontáneos esfuerzos de Saenger, que no es un experto en la temática objeto de la demanda boliviana, no pudieron opacar o balancear al descollante expositor boliviano, que sin inmutarse cortó orejas.

Chile cree que evadiendo el asunto mantiene imperturbable su estrategia en La Haya. Son tan cándidos como cuando el avestruz entierra su cabeza en la tierra dejando al descubierto el grueso de su cuerpo. No hay nada más trágico que Chile no afronte el problema abiertamente.