El presidente Ollanta Humala ha dado en la yema del gusto al fujimorismo al salir a atacarlo con esa frase de que dicho movimiento surgió de la cloaca, pues de inmediato Keiko Fujimori ha ido al lógico contraataque y a generar un ruido que le hace muy bien a ella y sus proyectos electorales, pero mal al Jefe del Estado.

Se entiende que el Mandatario tenga sangre en el ojo luego que la oposición encabezada por el fujimorismo lo haya puesto, junto a todo su gobierno, contra las cuerdas con temas muy delicados como el ilegal resguardo a Óscar López Meneses y los nexos del evadido Martín Belaunde con la pareja presidencial.

No obstante, un Presidente debe ver en qué momento responde a sus rivales. Tenemos una situación delicada con la economía, que se basa en la estabilidad y una gran dificultad para hacerle frente a la violencia, con un ministro que ya hasta en el tema del fútbol ha incursionado, por lo que quizá el momento para ir a la carga contra los rivales debió ser otro.

Un Mandatario no puede actuar como un candidato o un político inimputable cuando se ve arrinconado por sus rivales, pues lo principal en este momento es el país y no sacarlo adelante a través de enfrentamientos que tendremos por montones en los tiempos electorales que se vienen en poco más de un año. Un Presidente tiene mayores responsabilidades que estarse peleando de la manera en que estamos viendo.