Sin duda que sí. No es lo que fue hasta mediados de los noventa, pero no ha desaparecido y sigue causando daño.

Hay dos Senderos Luminosos autónomos y con agendas diferentes. El que está en el Vraem (del Huallaga -ya la PNP lo extirpó-) donde es básicamente guardián del negocio del narcotráfico. El Vraem está bajo el control de la Fuerzas Armadas, especialmente en lo que concierne al terrorismo.

En la medida en que Sendero Luminoso en el Vraem está golpeado y que las Fuerzas Armadas han puesto lo mejor de su logística y personal, no es imposible pensar que se les pueda extirpar definitivamente en este gobierno. Desde la Dirandro y la Dircote estamos comprometidos en apoyar al Ministerio de Defensa. Ayer nomás, se ha realizado un buen operativo de destrucción de pozas de maceración y decomiso de insumos químicos.

El otro Sendero Luminoso es el que se disfraza de Movadef o Fudepp y hace proselitismo, se infiltra en marchas y radicaliza las protestas sociales. El pretexto es una amnistía para los “presos políticos”, que en el Perú no existen, porque somos una democracia con separación de poderes y todos los delincuentes ya condenados lo son por tribunales independientes y por delitos tipificados.

Al Movadef y grupos afines, los diversos servicios de inteligencia, como corresponde al peligro que representan para la sociedad, los tienen bajo un monitoreo permanente. Pero esa es una solución parcial y solamente de contención.

A nuestro juicio, la solución pasa por detenerlos en el marco de nuestras leyes. Pienso que hay razones y marco legal más que suficientes para que sean detenidos, sea por apología (esperemos que con más éxito ahora con la nueva ley del Congreso) o, más importante aún, por pertenencia a la organización terrorista.

Lo segundo, el delito de pertenecer a la organización senderista, nos remite a la operación Perseo de 2014, en que se allanó la celda de Abimael Guzmán y se encontraron manuscritos que, sumados a otras evidencias, permitieron la detención de 28 miembros del Movadef por pertenencia. Lamentablemente se decidió juzgarlos en libertad y el proceso no avanza. En nuestra opinión, había riesgo suficiente a la sociedad para juzgarlos con detención preventiva.

En ese juicio que, en nuestra opinión debió llevarse a cabo hace ya mucho tiempo, una decisión condenatoria (si corresponde en estricta aplicación de la ley) podría sentar un precedente que haga retroceder a estos grupos que, cada vez con más frecuencia, hacen daño al país. Allí está el “Mausoleo” en Comas que ofende nuestras conciencias. Y por si faltase una prueba adicional, es bastante visible su infiltración en la huelga magisterial del Cusco, así como la indefinida que anuncia desde el lunes el Sutep Conare.

Más celeridad en el Ministerio Público y el Poder Judicial para llevar a cabo el referido juicio y sentar un precedente nacional nos permitiría dar un gran paso para librarnos de quienes tanto daño causaron y causan a la Nación.