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La segunda vuelta de la campaña electoral definitivamente es muy larga. Los candidatos, en lugar de dedicarse a comparar propuestas, han preferido, asesorados por sus enemigos, dedicarse a insultarse, mostrando exactamente lo que no queremos.

No importa ya quién empezó. No importan los memes, los trolls, ni cualquier cosa que interfiera desde la periferia. No recuerdo que se haya usado a los hijos de alguien para insultarlos en campaña. No vemos nada bueno. Hay quienes dicen que todo está trucado; hay quienes dicen que no. Como fuera, todo está mal.

Mientras escribo, siento que hay entusiasmo por el debate técnico. Ojalá que cuando se dé, hayamos salido un poco del insulto y la agresión y nos deje algo más constructivo que ayude a decidir o ratificar nuestro voto.

Los peruanos no queremos cambiar el modelo económico de la Constitución actual. Hemos decidido darle más de 73 congresistas a Keiko Fujimori y podríamos decidir darle la Presidencia a ella o a PPK.

En estos escenarios, el Perú necesita paz. Necesita seguridad. Necesita recuperar lo que significa trabajar unidos como país para que haya menos pobres. Necesita un gobierno que una, y no uno acomplejado y sin rumbo, como ha sido el de Humala.

Orden, paz, espacio para trabajar, menos pobres y también menos niños abandonados y abusados. Queremos seguridad para todos y la capacidad de vivir en un ambiente con más felicidad, tranquilidad y menos envidia. Un lugar para crecer y del cual estar orgullosos.

No queremos acusaciones, insultos, peleas. No queremos elecciones que nos dejen sin espacios para construir un país mejor para todos.