La captura de la bailarina Evelyn Vela en Miami ha servido, también, para recordarnos que, a punta de fajos, hemos destronado a Colombia y ahora somos el primer productor de dólares falsos en el mundo, ni más ni menos.

Y es que, como bien apunta el Servicio Secreto de Estados Unidos, aquí tenemos unos verdaderos artistas en la ilegal cadena de fabricación de dólares bamba, destacando el retoque final que las mafias le dan a la moneda trucha para acercarla en todos sus matices a la verdadera.

Y así, con dólares “bien hechos” sobre la mesa, las bandas de falsificadores buscan diversos canales de circulación, distribución e invasión de mercados, en los que -al igual que en el narcotráfico- cumplen papel relevante las “mulas”, que es el estatus bajo el que fue aprehendida la llamada “Reina del Sur”.

Un jalón de orejas, entonces, para la Policía Nacional, que ha permitido la proliferación de este fenómeno truculento que no le hace ningún favor a la imagen de nuestro país. Suficiente tenemos con el escándalo de los expresidentes presos y otros por caer a manos de la corrupción.

Por lo demás, nuestra farándula siempre ha tenido apego por el delito y, a veces, los medios de comunicación en general nos prestamos como caja de resonancia del accionar funambulesco de estrellitas con el que buscan distraer la atención del público mientras se dedican a actividades non sanctas, como ha ocurrido con Evelyn Vela, una caserita de los programas dedicados al chisme. Publicitaba sus viajes al extranjero, pero no decía con qué billetes.