La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció que disminuirá la cantidad de ministerios, de 39 a 29, con motivo de un recorte del presupuesto y optimizar los recursos públicos; o sea, reducir el aparato estatal que su mismo grupo socialista expandió desde la época de Lula. Y en el Perú, ya estamos por los 18, fuera de la Presidencia del Consejo de Ministros.

En los últimos años, cada presidente ha tenido un ministerio bajo el brazo, aunque algunos los crearon en el trancurso de sus gestiones, según la coyuntura. Por ejemplo, Alan García fundó el área de Ambiente, mientras Ollanta Humala se mandó con Cultura y Desarrollo e Inclusión Social, matizando al sector Mujer con Poblaciones Vulnerables.

No está mal darle importancia a los diversos sectores del país, pero imitando a otros países, como Brasil, considero que solo extendemos el terreno del Estado de manera improvisada y no lo hacemos más eficiente en otros campos que sí necesitan ser refundados, como el Ministerio del Interior, Defensa, Justicia, Educación, Salud, etc.

Incluso, a raíz de la infructuosa clasificación a un mundial de fútbol, hubo un congresista, con barra incluida, que exigía la urgente creación de un Ministerio del Deporte, como si eso nos fuera a dar el cupo a un evento deportivo. Suficiente con el Instituto Peruano del Deporte (IPD) que solo sirve para pagar favores y arrumar a funcionarios que se han quedado sin trabajo, en el mejor de los casos.

Debemos fortalecer los ministerios, no crear más solo para quedar bien con la tribuna. Por ejemplo, el Ministerio del Ambiente parece siempre estar ausente en los principales conflictos mineros del país, cuando su rol debiera ser más protagónico en estos momentos en que necesitamos de las inversiones.

Miren el mal ejemplo de Brasil, el gigante sudamericano que fue creando ministerios al por mayor y ahora debe reducir la cantidad de puestos de confianza, que llega a 22 mil funcionarios. No lleguemos a estos extremos, ni permitamos que algún candidato nos ofrezca un ministerio más.