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El 14 de febrero de 2016, el diario Correo publicó una entrevista al coronel (r) EP Oswaldo Zapata Corrales con relación a la historia secreta de Ollanta Humala, parte de la cual aparece en su libro “El bastón negado - historia de un falso valor”. El periodista Glademir Anaya le preguntó en esa ocasión si los generales pasados al retiro debían ser reincorporados en el próximo gobierno. La respuesta del coronel fue contundente: “Claro. Deben ser reivindicados políticamente y ser reincorporados por mandato de ley e inclusive con el grado inmediato superior. Creo que la oficialidad del Ejército en retiro está manejando este escenario. Me parece que es justo, porque un gobierno no puede cercenar las proyecciones profesionales de muchos oficiales”. Este es uno de los muchos asuntos que tendrá que enfrentar el próximo gobierno cuando termine la ignominia de un país sometido a la vergüenza de no ser gobernado por el presidente elegido sino por su esposa y cómplice. Otro de los asuntos pendientes que deberá resolver el nuevo Presidente de la República está comprendido en la respuesta de Zapata Corrales a la pregunta: ¿Y cuál es la verdad de Locumba? El coronel respondió: “Este levantamiento es falso (…) El objetivo fue protestar contra la mala administración del general Carlos Bardales, pero la finalidad fue facilitar la fuga de Vladimiro Montesinos en el velero “Karisma”. Que Ollanta Humala diga que es el insurrecto contra el régimen del expresidente Alberto Fujimori es mentira, y mucha oficialidad del Ejército lo puede decir. Lo cierto es que si el presidente Fujimori no hubiera renunciado, Ollanta Humala aún estaría preso”. Si el próximo Ejecutivo y el próximo Congreso quieren gobernar echándole tierra al pasado inmediato y protegiendo a los responsables directos e indirectos de que hayamos padecido un régimen tan vergonzoso como el presidido por Ollanta Humala, no tendrán autoridad moral ni poder político para sacar al país del marasmo que nos deja un militar sin mando, sin comando y sin agallas. Para confirmar los adjetivos antes citados, leamos la respuesta de Zapata Corrales a la siguiente pregunta: ¿A quién obedecía directamente Humala?. “El cumplía órdenes directas de Vladimiro Montesinos, porque siempre fue un manto protector para la carrera de Ollanta Humala”. En el libro “El bastón negado”, Oswaldo Zapata hace mención a otra entrevista publicada parcialmente en el diario Correo y en la cual da algunas respuestas que tendrán que ser consideradas por los próximos responsables de país. Ante la pregunta: ¿Por qué dice que la Dini realmente no existe y que es un híbrido y una cuasiinstitución y poco sólida? El coronel responde: “¡Como institución no existe, es un vientre estratégico en alquiler! Para que se entienda, voy a darle un ejemplo, hace muchos años los establecimientos penales eran administrados por la Guardia Republicana del Perú y actualmente lo hace el Inpe, una institución que cuenta con su propio personal de agentes y funcionarios, ese debe ser el final de la Dini. La coyuntura política nos da la oportunidad histórica de fundar una institución de carácter nacional, es decir una entidad que desarrolle el ámbito nacional y multisectorial de la inteligencia, que permita al Estado y al Presidente de la República, contar con un instrumento, una herramienta estratégica que sea el sustento de las decisiones de corto, mediano y largo plazo. Es el momento de “desmilitarizar” y “despolicializar” a la Dini. Es la oportunidad de democratizar, profesionalizar y especializar a nuevos miembros de la Dini, formar agentes nacionales de carrera. La sociedad debe exigir un gran cambio y no cuasirreformas que a nada conducen”. Nos parece pertinente destacar estas palabras de un militar que se la ha jugado en los momentos difíciles de este gobierno ignominioso y que están, obviamente, dirigidas al próximo mandatario. El coronel, que sí tiene quien lo lea, asegura que desmilitarizar y despolicializar a la Dirección de Inteligencia Nacional es viable dado que los Órganos de Inteligencia de las Fuerzas Armadas son anteriores a la Dini, como tal, cuando se crea ese organismo, fue tutelado durante su implementación por organizaciones castrenses y policiales y nunca pudo desligarse de aquellos como organización. La recomendación final de Zapata Corrales es la siguiente: “Es el momento de fundar una institución sin sesgos de naturaleza castrense ni policial, debemos apuntar por una institución de inteligencia nacional profesional, especializada, auténtica y desvinculada del poder de turno”. El próximo gobierno debe empezar desde el primer día a sacar a los responsables de los vergonzosos seguimientos y los ilegales reglajes a los políticos opositores, a los periodistas y a los ciudadanos de a pie. Salvo mejor opinión.