Cinco candidatos, todos ellos completamente diferentes en su discurso, disputan hoy la Presidencia de Francia, sin duda uno de los países más importantes de Europa y del mundo -miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas-, con una población que llega a los 66 millones de habitantes. El izquierdista liberal Emmanuel Macron, la ultraderechista Marine Le Pen y el derechista moderado Francois Fillon son los candidatos favoritos que mueven el ambiente político del país en medio de la disputa electoral. La República Francesa -ese es su nombre oficial- es el Estado que marca el antes y el después de la sociedad internacional por la Revolución Francesa de 1789, al trasladar la soberanía del monarca al pueblo. Tal ha sido el punto de quiebre y legado con enorme peso en las relaciones internacionales, que por aquel acontecimiento se dio inicio a la Edad Contemporánea que todos hemos estudiado; sin embargo, hoy los problemas de Francia son otros. No sabemos si las encuestas confirmarán el triunfo de Macron o si en verdad existe un voto escondido que pueda ungir a la candidata radical Marine Le Pen en la Presidencia de un país castigado por la insania del terrorismo, que ha sabido mover sus fichas en las últimas horas para condenar el reciente atentado en los Campos Elíseos y con ello repuntar en popularidad. Fillon no se queda atrás. Tiene gran aceptación en las redes sociales y para muchos podría sorprender al final de la jornada. Solamente dos de los candidatos -los que alcancen la mayor votación- pasarán a la segunda vuelta, que se realizará el domingo 7 de mayo. El pronóstico para más tarde -pero no tan tarde pues los europeos nos llevan seis horas- sigue siendo reservado. El enorme reto para los candidatos es llevar a Francia a una posición de liderazgo económico que fue perdiendo en el camino y librarla del terror que la tiene mediatizada.