El rock progresivo alcanzó cotas inimaginables e impensables de creatividad y genialidad allá por 1974. Hasta los detractores del movimiento alzaron bandera blanca y se rindieron. Y sin ningún hit single de por medio, igual vendieron millones de copias y siguen siendo populares.

GENESIS: Presentar un álbum doble de material en estudio, y que además contara una historia ficticia, es un desafío extremo. Sin embargo, THE LAMB LIES DOWN ON BROADWAY capeó la meta planteada, pese a los problemas que se dieron en su grabación. Relatando las vicisitudes fantásticas de Rael, un puertorriqueño perdido en Nueva York, sus canciones transitan por diferentes rumbos, pero manteniendo una cohesión orgánica pocas veces lograda. Tras la gira respectiva, el cantante Peter Gabriel dejó el grupo en 1975, cerrándose una etapa que varios consideran la mejor del grupo.

KING CRIMSON: Sacar 2 discos en un mismo año es ahora una rareza. Pero hace 4 décadas no era inusual. Así que, siendo cuarteto todavía, sacaron primero STARLESS AND BIBLE BLACK, con temas en estudio y en vivo (pero curiosamente, a estos les volaron el rugido del público); y luego RED, donde no obstante haberse reducido a trío, pusieron toda la carne al asador, poniendo más arriba la valla todavía. El costo final fue alto: ahí nomás se disolvieron. Y aunque se reactivaron en los 80 bajo otra perspectiva, su producción setentera es imposible de igualar.

YES: La salida del tecladista Rick Wakeman para seguir su carrera solista no fue impedimento para el grupo, que lo sustituyó por Patrick Moraz para RELAYER, que no bajó la guardia ni el level previo alcanzado. Su número central es la intrincada y complicada The Gates Of Delirium, una montaña rusa musical que en 22 minutos nos pasea por diversos parajes y paisajes.

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