Son tres preocupaciones las expuestas por el Consejo de la Prensa Peruana (CPP) al premier Pedro Cateriano en el diálogo sostenido el jueves último: el cumplimiento de las leyes de transparencia, el acceso a la información y las expresiones “no siempre respetuosas” hacia algunos periodistas.

Lo explicado por la directiva del CPP resume el sentir del gremio que hoy desempeña un papel importante dentro de la gobernabilidad que se demanda a quienes tienen en sus manos las riendas del país.

Hace bien Cateriano en escuchar a la prensa, pues así consolida el respeto a la institucionalidad si aspiramos a construir un país que camine por el único objetivo: el desarrollo general.

Durante la historia democrática, el papel cumplido por los medios ha sido importante, siempre y cuando hayan actuado con independencia y libertad para expresar diferentes puntos de interés público, advirtiendo siempre los riesgos y tentaciones de personajes que prefieren o aspiran instaurar modelos de gobierno caducados por el tiempo.

En buena hora que en el Perú se mantenga el respeto al trabajo que desempeña la prensa; sin embargo, hay que estar atentos con ojos y oídos ante amenazas que perturban el pensamiento de ciertos protagonistas del poder, tal como ocurre en Venezuela. Varios diarios de ese país estudian cerrar ante la amenaza que existe en su contra al afrontar múltiples problemas para desarrollar su trabajo, como lo advirtió esta semana la Sociedad Interamericana de Prensa en su último informe.

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