Genaro Delgado Parker fue un visionario. Como mencionó Hugo Coya en su biografía, ningún peruano ha tenido tanto poder ni capacidad para influir en la forma como pensaban, veían y conocían el mundo los peruanos en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. Construyó el mayor imperio de telecomunicaciones y fue el pionero en la televisión, el internet y la telefonía móvil. Tuve el privilegio de trabajar con él. Me convocó para trabajar a su lado en Panamericana. Me contrató como asesor de la presidencia del canal y me puso al frente de 24 Horas Edición Central. Durante un año conversamos diariamente sobre asuntos empresariales y políticos, así como sobre los contenidos de Panorama.

Genaro fue un hombre brillante. Su inteligencia y audacia le permitieron desarrollar proyectos que ninguna otra persona se atrevía a emprender. Confiaba en su instinto y en su capacidad de rodearse de gente talentosa. Lo vi dirigir su empresa más querida en tiempos difíciles y estuve con él cuando perdió el control de su canal. Nunca lo vi derrotado. Siempre supo hacer frente a los problemas y salir adelante. Fue un defensor de la democracia y la libertad de expresión.

Respetaba el talento de los demás y fue consecuente con sus ideas. Adoraba a su familia y quería al Perú. Una persona controvertida, que conoció el éxito y el fracaso, pero que siempre fue genial. Toda mi gratitud, querido Genaro, por tu amistad, enseñanzas y consejos. Ya nos reencontraremos.