Una de las actividades extractivas que mayor daño ocasiona al medio ambiente es la minería, claro es grave si se desarrolla sin control y fiscalización que se demanda.

Dicho sector es uno de los más importantes en el país, pues da oportunidad de trabajo y genera movimiento económico a pueblos enteros, quienes dependen en gran parte de la extracción de recursos naturales, además de beneficiar al Estado con impuestos.

Por ejemplo, Puno y Madre de Dios son dos regiones en donde la minería artesanal e ilegal causó daños irremediables a grandes extensiones de tierras, donde antes existían bosques que acogían a una diversidad de vida silvestre, empero desapareció o mejor dicho mató todo ser viviente en el área de influencia.

Por eso, en buena hora que las acciones de interdicción se sigan dando en contra de campamentos donde se persiste en practicar la minería informal.

El operativo desarrollado el último fin de semana en Ancoccalla, provincia de Sandia, permitió destruir cerca de un centenar de motores y más de sesenta campamentos utilizados por mineros.

Fue un megaoperativo dirigido por el Ministerio Público con el apoyo de más de 400 efectivos policiales en el sector de Ancoccalla, perteneciente a la provincia puneña de Sandia.

En este lugar, los mineros estaban ocasionando un grave daño al medio ambiente por usar productos que contaminaba ríos y zonas verdes del lugar.

El trabajo iniciado años atrás por el actual gobierno no debe de parar, pues hay que preservar y cuidar la flora y fauna que poco a poco se daña sin control alguno, en especial a manos de los mineros informales.