La liberación por parte de la jueza Haydeé Vergara (luego separada del cargo) de 52 sujetos de mal vivir que la semana pasada irrumpieron en una vivienda de Lince no puede haber ocurrido en peor momento, pues sucede cuando desde el lado de la legalidad y la razón se trata de combatir esa campaña denominada “Chapa tu choro y déjalo paralítico”, que consiste en masacrar a los delincuentes que sean capturados por los ciudadanos, como “respuesta” ante la corrupción e ineptitud de nuestra justicia.

Con esta situación que ojalá sea evaluada por la Oficina de Control de la Magistratura (Ocma), pues la mencionada magistrada ha dejado en libertad a una banda de sujetos que se metieron ilegalmente a una casa y que fueron detenidos por la Policía, cómo decirle a la gente en la calle que crea en la justicia y deje de lado la idea de agarrar a un delincuente y molerlo a palazos o quemarlo vivo en lugar de entregarlo a las autoridades para que sea procesado.

No seamos ciegos. No se puede permitir que la gente en las calles, cansada de la corrupción e ineficacia, comience a masacrar delincuentes, pero tampoco se puede negar que hay un hartazgo generalizado entre los ciudadanos que no pueden ni salir de sus casas o ir a un restaurante sin el temor de sufrir un atraco por parte de hampones que en muchos casos son reincidentes que han sido puestos en libertad por fiscales y jueces de por ahí que ojalá la Ocma vea en qué andan metidos.

Ayer el ministro del Interior, José Luis Pérez Guadalupe, ha salido a reclamar por la liberación de los usurpadores de la casa de Lince y ha dicho que la Policía sí atrapa a los delincuentes. Sin embargo, como se sabe, el buen accionar que suelen tener los custodios del orden cuando trabajan con dedicación y honestidad se ve entorpecido por malos fiscales y jueces que no aplican las sanciones de ley, y también por un sistema carcelario que permite a los hampones operar desde detrás de las rejas.

Si la gente continúa viendo que los indeseables salen en libertad con total facilidad, por más que se invoque a la calma no nos sorprendamos si dentro de poco comenzamos a ver a delincuentes atados a los postes, golpeados y quemados. En ese caso, los culpables directos serán los agresores. Sin embargo, los responsables indirectos serán los jueces y fiscales que con su chueco accionar están llevando a que la gente adopte medidas impropias de un país civilizado.