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La moción de censura al ministro Jaime Saavedra es inminente. Todo hace suponer que el fujimorismo hará valer su mayoría y concretará la salida del titular de . Es evidente que este suceso marcará la ruptura entre el Ejecutivo y el fujimorismo, que controla el Congreso de la República. Además, esto revelará que el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski no tiene el respaldo ni la autonomía para ejercer la autoridad que le corresponde en el tema educativo.

Para nadie es un secreto que la interpelación a Saavedra ha marcado un antes y un después de las relaciones entre la mayoría del Legislativo y el Gobierno. Parece ser que vendrán días turbulentos en el panorama político y se pondrá de manifiesto el largo conflicto nacional de disputas y de intereses partidarios.

Sin embargo, esperamos que la desesperada agresividad en el Parlamento no se transforme en una práctica frecuente de derrocamiento de ministros y lo que es peor, de debilitar proyectos y leyes del Ejecutivo. La prioridad es realizar reformas que la gente exige porque votó por ellas.

Nadie quiere un periodo crítico en la lucha de poderes porque esa pugna puede desencadenar no solo ruido político sino revanchismo y desestabilización. Lo que necesita el país es que las fuerzas políticas se pongan de acuerdo para garantizar un proceso de tranquilidad y paz. Hay que construir puentes para un mejor trabajo en conjunto. Hay que dejar atrás el enfermizo rencor y darle espacio y libertad al Gobierno para avanzar y lograr los objetivos.

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