Según el JNE, hay más de veinte organizaciones políticas que han comprado el kid electoral para participar en las elecciones generales 2016. ¿La vida política peruana da para tantas versiones ideológicas? Lo que observamos es la inercia de la destrucción del sistema de partidos desde el surgimiento de los “independientes” con Belmont en 1989. Desde entonces se tiene a un grupete de amigos, a la “peña de los jueves”, que se compra una tinka para tentar llegar al poder por el voto ciudadano a nivel nacional, regional, provincial o distrital. No tienen ideología firme, sino un conjunto de ideas-fuerza que recogen del sentimiento común del momento. ¿Cómo hacerlas realidad? De eso se preocupan cuando se sientan en el sillón.

Las mayorías exigen soluciones instantáneas a sus postergados problemas y esperan al mesías redentor que los escuche y actúe. No nos gusta que nos digan la verdad de las cosas, nos gusta que “nos doren la píldora” y que esto sea matizado con grupos musicales, kermeses y bailarinas. Pocas personas entienden que tienen que contribuir para que se hagan realidad los servicios públicos.

La realidad económica actual va a poner un abrupto fin a este juego perverso. Se acabó la época de bonanza y las autoridades electas que pensaron que administran abundantes recursos se han dado un chasco. Hoy hay déficit fiscal y menos transferencias por canon. Por más que pataleen y protesten tendrán que administrar escasez.

¿Cómo explicarles a los nuevos sectores medios que sus aspiraciones se truncaron? ¿Cómo explicarle a los independientes que hay menos chamba? La irresponsabilidad tiene un límite y afecta la vida de las personas.