La mágica gasolina militar
La mágica gasolina militar

Todos creemos o suponemos que la gasolina está destinada a movilizar automóviles, camiones, buses, aviones y (si aún es petróleo) también barcos. Ignorábamos, hasta esta semana, los prodigios que la gasolina puede producir si está en manos especializadas, expertas en manejos que no sean grifos o surtidores.

Resultaba muy difícil imaginar que la gasolina, asignada al uso militar, fuese capaz de producir recompensas por asesinatos, ya juzgados y sentenciados. Me refiero a un hecho concreto, específico y documentado: el recluso Antauro Humala Tasso, juzgado y sentenciado por el asesinato de cuatro miembros de la Policía Nacional, recibe un cheque por valor de soles 72,000.=, girado a su nombre por el Ejército y pagado por el Banco de la Nación. Se trata de gasolina.

¿Imaginaba el lector un país en el que un eficiente subversivo, hermano menor de un "diplomático" al servicio de la Nación (y más tarde su jefe de Estado), después de asesinar a cuatro policías, podría recibir S/.72 mil por concepto de gasolina, pagados por el Ejército al que contradijo y humilló?

El abono en favor del recluso había perdido ya, en dos instancias judiciales sucesivas, el reclamo de los S/.72 mil. Pero surgió entonces la magia de la que están revestidos códigos, leyes y procedimientos: se procedió a una "conciliación extra-judicial", de la cual salieron los S/.72 mil exactos y en cheque a favor del recluso. Abandonó el penal para cobrarlos.

¿Cuántos galones conciliaremos esta semana...?