GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

El Gobierno solo sabe de metidas de pata y cuando se ve presionado por marchas populares se sabe que siempre retrocede (recuerden Conga). Es raro que un militar ceda ante el barullo público, que se deje aplastar tan fácilmente en el Congreso, como lo sucedido ayer con la “Ley Pulpín”, donde ya no tiene ni mayoría y la oposición puede manejar a su antojo político las decisiones gubernamentales. ¡Qué despelote!

Los jóvenes han triunfado en su deseo por que el Estado no les recorte sus derechos, que sean tratados de igual manera que los trabajadores de 25 años a más. Y es que el Gobierno siempre se dispara a los pies porque no sabe comunicar sus ideas, trasmite improvisación y más dudas que aciertos cuando trata de imponer una reforma, como esta supuesta ley a favor de los jóvenes. ¡Le han tomado el pulso a Ollanta Humala!

Los jóvenes no han ganado un mejor trato en las empresas que en un futuro los contraten, sino que no han dejado que sea el Estado quien se encargue de legalizar los abusos que cometen algunos malos empresarios, como no darles vacaciones completas, hacerlos trabajar más de sus ocho horas y menos que conozcan lo que es gratificación y CTS.

Como un manotazo de ahogado (ha pasado más de un mes, 18 de diciembre, desde la aparición de la ley), el congresista oficialista Daniel Abugattás vino con la propuesta de devolverle la gratificación y la CTS, cuando ya las calles estaban convulsionadas por un mal cálculo político del mismo Gobierno, que no pudo zanjar este tema sin medir las consecuencias de ser apabullado en un terreno que el mismo Presidente eligió al convocar a la sesión extraordinaria de ayer.

Esa marcha juvenil que logró hacer retroceder a Ollanta Humala le va a costar la presencia de un nuevo frente de oposición. Ayer los líderes de estas movilizaciones revelaban que junto a los sindicatos de trabajadores, universitarios y otros jóvenes habían unido fuerzas para bajarse la “Ley Pulpín”, adelantándose a apoyar otras movilizaciones contra la administración nacionalista.

¿Con qué nueva metida de pata saldrá este Gobierno? Cuidado que se pierda la autoridad, porque ya por las calles corren el rumor de que Ollanta Humala parece un blandengue que se acerca a ser comparado con Alejandro Toledo, a quien durante su gestión le pasaban el carro y acabó con menos de 10 puntos de aprobación.