Qué duda cabe que Piura debía ser la localidad que albergue a los ministros que conforman el directorio de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, que encabeza el nuevo funcionario Pablo de la Flor. Pero, también hay otras regiones que esperan el pitazo inicial de esta nueva era en el norte.

Como consejo, le recomendaría a este grupo de trabajo que aparte de las reuniones que sostendrá en una sala ventilada con aire acondicionado y adornada con sabrosos bocaditos sobre la mesa, sus miembros puedan darse una vuelta por los lugares afectados tras las lluvias y los huaicos.

Sé que puede pecarse de populismo o prestarse a miles de interpretaciones malintencionadas, pero es necesario que la población sienta que esta reconstrucción con cambios tiene responsables directos, que son personas las que manejan esta problemática, que sientan los ciudadanos que hoy comienza una nueva era.

Trabajar en una sala puede tener más resultados que salir a la calle. Está bien. Sin embargo, hay zonas maltratadas por la naturaleza -y la desidia de las autoridades locales y regionales- que han quedado abandonadas y sería bueno que los vecinos conozcan a quienes les encargan su futuro y el de sus hijos.

Señores, no se puede empezar una reconstrucción con cambios cuando la gente se está muriendo con dengue. Sé que el presupuesto para la fumigación de las casas no tiene adendas y son inversiones menores a comparación de las obras de piedra y cemento, pero hagan algo por esa gente enferma, que no hay clases sociales, porque fallecen jóvenes de clase media, así como personas humildes que no tienen ni para el repelente.

Espero, además, que este trabajo de la reconstrucción con cambios tenga un valor de fondo y forma, que las autoridades locales y de la región pongan de su parte y entreguen toda la información necesaria -sin vergüenza- de cómo es la realidad.