Me alegra mucho que los peruanos estemos interesándonos más en los fenómenos meteorológicos y su participación en nuestra vida cotidiana. Pero falta aún más y eso depende de los mismos meteorólogos de tratar de convencer con pronósticos acertados a nuestros compatriotas, los cuales, creo, tenemos mucho de meteorólogo y médico a la vez, porque estas ciencias que afectan al ser humano hacen que las tradiciones y creencias influyan en la sensación de su entorno.
Por ejemplo, si le digo a mi madre que me duele la cabeza, ya me está dando una pastilla o preparándome una sopita “porque esto te cura”. Mi hijo se cae haciendo taekwondo y de inmediato mi esposa le pone llantén. Son realidades que muchos peruanos hacemos antes de ir al médico, y todo puede ser grave después.
Lo mismo ocurre en la meteorología. El peruano, por falta de información científica oportuna, comienza a asociar recuerdos climáticos de años pasados, lo que causa mucho daño si le sumamos la aparición de opinólogos del clima que hacen recordar a lectores, televidentes y radioescuchas, que en años anteriores hizo más calor o frío de acuerdo a sus intereses. Nosotros solemos asociar esos hechos actuales al pasado, asentamos la cabeza y caímos fácil, porque el día a día nos consume. Pero no nos damos cuenta si los años pasados estuvimos en el mismo lugar o estábamos con las mismas condiciones físicas o, incluso, si nos hemos hecho mayores cronológicamente, lo que hace variar nuestra sensación térmica corporal.
Lo real es la estadística de datos climáticos, que lamentablemente tenemos que mejorarla para usarla en favor de todos. Estoy seguro, conociendo nuestro país milenario, que con datos meteorológicos oportunos, el Perú mejoraría en todo sentido y ¿saben qué? No cuesta mucho. Lo pronostico.
Por Julio Villafuerte Osambela - Meteorólogo, OMM