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En estos días se aplicarán las Evaluaciones Censales de Estudiantes (ECE) en segundo y cuarto de primaria, así como en segundo de secundaria. Estas pruebas reciben mucha publicidad y a primera vista aparecen como medidoras de aprendizajes significativos y de la calidad educativa. En los primeros años, con las ECE se forjó una gran expectativa para tomar medidas de mejoramiento educativo. Sin embargo, en los años precedentes lo que se estaría produciendo es un creciente entrenamiento de los alumnos para los exámenes. Por eso comparto con ustedes una nota sobre las ECE que me ha enviado el educador Juan Borea. Dice: “El gran problema está en que, por los estímulos económicos que se da a los docentes y escuelas cuyos alumnos tienen buen rendimiento en estas pruebas, se está generando cada año más el adiestramiento para las ECE, dejándose de lado otras áreas curriculares y los grados que no van a ser evaluados. Y, algo preocupante, se estaría promoviendo la ausencia de los alumnos con dificultades los días de las pruebas. Esto lo reconoce el mismo ministerio, que ha publicado una cartilla titulada ‘Alerta sobre prácticas no deseadas en el marco de la ECE’. Pero hay que ser ingenuos para pensar que quienes incurren en estas prácticas (que vendrían siendo alentadas por funcionarios y especialistas del Sector con la aplicación del KIT de Evaluación elaborado por el Minedu desde 2013) las cambien solo por una invocación ministerial de último momento. El Ministerio debe revisar su política. Y la comunidad educativa, en tanto las pruebas ECE continúen, debe apreciarlas como indicador de algunos aspectos de la tarea educativa, y no de la calidad de la educación. Chile las está restringiendo. Se debiera desarrollar pruebas nacionales muestrales”. Opinión muy oportuna y pertinente para la reflexión educativa.