Las Lomas, sin inquilinos

Los González vs. Los Maldini, 1582 capítulos, picos de 59.8 puntos de audiencia al final de su segunda temporada, ocho años en el aire, un récord tras otro marcados y superados por ellos mismos, eso es “Al fondo hay sitio”, la teleserie más exitosa en la historia de la televisión nacional, que se despide mañana de la programación de América. En la industria del entretenimiento, y especialmente en el de la pantalla chica, es mejor decir adiós en el momento justo, y la historia escrita por Gigio Aranda, Pablo Guerra, Jaime Nieto, Rasec Barragán y Yashim Bahamonde, si bien se mantenía en el primer lugar de la audiencia general de lunes a viernes, ya había agotado hasta a sus guionistas, que revelaban un cansancio justificado tras ocho temporadas escribiendo de lunes a viernes las aventuras de los ricos vs. los pobres viviendo en el mismo barrio, el exclusivo Las Lomas. Fórmula conocida, la de enfrentar a clases sociales distintas en el mismo universo dramático, pero refrescada en su múltiples variantes siempre da resultado, y esa en esencia fue el éxito de “Al fondo hay sitio”, poner en la pantalla, en un gran escenario de todo como en botica a personajes de la vida diaria, a quienes nos encontramos en la cotidianidad. En Las Lomas coexistían la dama “pituca” y la abuela autoritaria sin pelos en la lengua, también la mamá joven y sumisa frente a otra que armaba un escándalo tras otro. No podían faltar los mil oficios, las jovencitas frívolas que se enamoran de los manganzones, los personajes del servicio doméstico, los sacavuelteros, en fin... en ocho años, además de los personajes principales pasaron muchos otros que enriquecieron la trama, hasta que en sus últimos dos años, y hay que ser claros, las historias de los protagonistas no pasaban de ser anécdotas extendidas. Por eso, fue una decisión sana la del fin de la serie, para dar paso a otros proyectos y dejar con un buen recuerdo a los personajes que en estos últimos años mantuvieron a “Al fondo hay sitio” en el top de la audiencia, a pesar de los críticos de ocasión, que siempre ven con desprecio lo popular por considerarlo indigno. Mención aparte para Efraín Aguilar, productor de la serie, quien antes tuvo el mismo encargo en “Mil oficios” y “Así es la vida”, dos productos exitosos que le sirvieron de base para “Al fondo hay sitio”. Conocedor de su potencial ya prepara un nuevo proyecto que reemplazará al que se despide para tratar de superarlo. Los televidentes tendrán la palabra.

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