Empezó el plazo legal para las elecciones del 10 de abril que, en primera vuelta, nos dirán quiénes son los dos candidatos que podrían gobernar el país. No me imagino un ganador ese día, por el gran número de candidatos presidenciales, que no es sino el reflejo de que hemos avanzado en economía, educación, infraestructura, pero hemos retrocedido en democracia participativa. Algunos podrían sostener lo contrario: somos tan participativos que tenemos un candidato que quiere “vender el Perú”; otro que se promociona como “yo candidato”; y además incontables aspirantes a la Presidencia de cuyo nombre no habíamos ni escuchado antes. Pero esa fragmentación es dañina. Hoy cualquiera se mira al espejo ¡y se ve con banda presidencial! Este “síndrome” demuestra lo poco que se valora la política.

Como sea. Necesitamos saber quiénes son nuestros candidatos presidenciales y los, por lo menos, 2600 aspirantes a congresistas que tendremos, asumiendo que hay 20 listas inscritas. ¿Cómo lo logramos? ¡Usemos las redes!

Una primera aproximación es que los partidos pongan una buena hoja de vida de sus candidatos a la Presidencia y también lo hagan con sus congresistas. Así los ciudadanos podremos, responsablemente, hacerles saber a los partidos las características de estas personas para que estos, a su vez, puedan filtrar a sus candidatos. Consciente de que mucho puede ser chisme, quizá Transparencia u otra entidad seria pueda revisar los comentarios a los candidatos y ser un último tamiz para que al menos estemos tranquilos que no habrá “Comepollo”, “Lavapiés” ni “Robacable”, por no decir narcotraficantes y violadores.