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André Carrillo y Luis Advíncula están de regreso en la selección peruana. Ricardo Gareca los incluyó en la lista de convocados para los próximos partidos de Eliminatorias ante Paraguay y Brasil. Para nadie es un secreto el aporte que ambos jugadores representan para un equipo que ansía encontrar un estilo que conjugue con la actitud que ya imprime en cada partido.

La lectura de esta decisión es clara y directa. Hace unos meses, Advíncula apareció en un programa deportivo pidiendo disculpas públicas por una indisciplina que lo terminó alejando de la selección; además, reconoció que su caso marcaba un precedente en lo que sería el trabajo de la selección. A esto se suma que la posición que ocupa Advíncula en la cancha es determinante para el esquema de Gareca; las incursiones de Aldo Corzo por la banda izquierda están llenas de coraje e ímpetu, pero carecen de la dinámica y explosión que el jugador del Newell’s Old Boys representa. Es por ello que la necesidad de Gareca también juega un papel determinante en su caso.

En cuanto a André Carrillo, es evidente que los minutos que ha venido sumando con el Benfica lo han ubicado nuevamente en el ojo del “Tigre”, quien desde que llegó para dirigir a Perú dio fe de su predilección por el juego de la “Culebra”. Es entonces que uno se pregunta ¿por qué ellos sí y Jefferson Farfán no?

La “Foquita” también ha recuperado ritmo y no solo eso, también viene anotando goles. Más allá de que la liga en la que estuvo participando hasta hace poco no sea de las mejores, lo cierto es que continuidad sí tenía. A eso se le debe sumar que Farfán no cometió actos de indisciplina, se sabe que beber no está entre sus placeres, entonces, ¿cuál es el problema?

Es simple, la exposición mediática del otrora “10” de la selección no juega a su favor. Farfán se ha visto implicado en un lío de farándula que ningún beneficio le puede traer a la selección. Es verdad que es poco lo que el jugador puede hacer para sacudirse del tema, solo el tiempo lo terminará “limpiando”, pero en este momento, con el nuevo estilo de trabajo que viene aplicando el comando técnico -tan reservado-, la presencia de la prensa de espectáculos en los ambientes que frecuenta el “Equipo de todos” a la espera de una declaración de la “Foquita” es un trance que Gareca hace bien en ahorrarse. Con este gesto, el argentino da fe de cuáles son las prioridades en este momento, la tranquilidad y serenidad del grupo por encima de cualquier otra cosa. Saludable decisión.