Paul Laurent es uno de mis amigos liberales más cultos e inteligentes. Comparto con ustedes sus reflexiones sobre el nuevo presidente del Congreso: Galarreta comenzó su camino al poder diciendo “a mí nadie me podrá romper las manos”, mientras mostraba sus garfios.

Como presidente del Congreso, hoy debe de sentirse realizado. Se lanzó a la política conmigo en Renovación, el partido liderado por Rafael Rey, y se presentó como un liberal. Su trayectoria hizo que eso quedara rápidamente en el pasado y hoy sea algo así como el rostro del keikismo más sumiso. Como bien señala Paul, su logro personal encaja precisamente en lo que el liberalismo siempre rechazó: que el poder no es el objetivo del liberalismo, sino su contención. Lo que pasa es que contener al poder no es políticamente rentable. Y si quieres vivir del poder, ¿qué camino tomas? Galarreta hace mucho descubrió el suyo, el que obviamente no es el del liberalismo.

Ojalá que el ala dura del fujimorismo que representa Galarreta, ese que pone al Presidente contra las cuerdas y no lo deja gobernar, modere sus posturas y se transforme en una organización mucho más colaboradora, conciliadora y constructiva.

Que estas Fiestas Patrias saquen lo mejor y no lo peor de nosotros, y especialmente de nuestra clase política. Que el presidente Kuczynski empiece a gobernar de verdad y que se sienta. Ya es hora también de que las fuerzas opositoras comprendan y ejerzan el rol de oposición constructiva que hoy les toca desempeñar.