En el caso de Madre Mía, donde según parecería hubo compra de testigos para favorecer al tal “Capitán Carlos” y exculparlo de torturas, se pone sobre el tapete la importancia de la cosa juzgada.

“Hay cosa juzgada cuando la misma demanda, entre las mismas partes que actúan con las mismas calidades, sobre un mismo objeto y por una misma causa, es formulada de nuevo ante una jurisdicción”. Humala, juzgado como el “Capitán Carlos”, podría oponer excepción de cosa juzgada señalando que no se le puede juzgar dos veces por lo mismo. Su sentencia firme contiene, en principio, las características de inimpugnabilidad, inmutabilidad y coercibilidad.

En Madre Mía se debate si prevalece el principio de cosa juzgada o si es posible que a Humala se le vuelva a juzgar. La respuesta es que depende si se ha juzgado hasta la última instancia, por los mismos hechos, a las mismas personas y sin fraude.

¿Qué pasa si aparecen pruebas nuevas de fraude? ¿Hay que preferir la cosa juzgada o se puede abrir un nuevo proceso? En derecho existe la cosa juzgada fraudulenta, que es la posibilidad de que la cosa juzgada haya sido obtenida mediante fraude en el proceso y por ello esta puede ser anulada. En Madre Mía se discute si las nuevas declaraciones de los testigos de hoy hubieran cambiado la sentencia, pero más que eso, sí se llegó a la sentencia mediante fraude, comprando las declaraciones a los testigos. Con ello parecería configurarse la cosa juzgada fraudulenta y se podría anular la sentencia contra Humala, pero siempre bajo el ámbito del derecho que debe prevalecer sí o sí en este caso.

*No analizo el ámbito supranacional donde puede haber otros hechos.