El testimonio del sargento José Ponce Ruíz, publicado en Willax TV once años después de haber sido recogido, es auténtico. Revela las atrocidades ordenadas por el “Capitán Carlos”, en Madre Mía, durante 1992. La fiscal Luz Ibáñez, a cargo del caso desde el 2006, respalda la veracidad de lo dicho por Ponce. Que, en el 2006, el reportero a cargo de grabar el testimonio haya creído solo en la versión oficial -de que no estaba su legajo en el Ministerio de Defensa- es ridículo y mediocre. Los legajos, hasta el de Humala, desaparecieron. La Fiscalía tiene la declaración de Ponce. Era la pieza que faltaba para reabrir el caso.

Luego de testimoniar para La Ventana Indiscreta, Ponce desapareció. Cecilia Valenzuela quiso conseguirle un abogado, pero ninguna ONG de DD.HH. aceptó. El abogado Carlos Rivera, del IDL, fue uno de ellos. Hoy, sobre la publicación del testimonio de Ponce, dice: “es sumamente importante para dar referencia de esos hechos (las matanzas), por supuesto que sí debe ser tomada en cuenta”.

Para desazón de estas ONG, el excongresista Omar Chehade afirma que, en las elecciones del 2011, Humala le confió que tres líderes de estos organismos le aseguraron que no tocarían más el tema Madre Mía, para allanar su camino a Palacio.

Les digo más: José Ponce Ruíz existe, está vivo. La fiscal Ibáñez conversó con él esta semana. Desde algún lugar del Perú, está dispuesto a reafirmar su testimonio del 2006. La fiscal Chamorro, en tanto, ha ido a Tocache para corroborar los otros testimonios publicados por Beto Ortiz. La verdad avanza lenta pero firmemente. El tiempo nos dará la razón.