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El Ministerio de Educación, que ahora dirigirá Marilú Martens, presenta complejos retos. Martens es una persona con experiencia pública que ha sacado adelante retos ambiciosos como el Colegio Mayor, que se hizo realidad durante el gobierno de Alan García. Allí brindó educación a jóvenes con altas capacidades en una especie de experimento educativo que ella lideró sin grandes recursos económicos. Hoy los COARS, Colegios de Alto Rendimiento, han sido replicados, pues ella hizo una obra dentro de la educación que merecía trascender a los gobiernos.

La elección del Presidente y del Premier ha sido clara: Martens tiene experiencia pública y trabajaba en el Ministerio de Educación, con lo cual estaba al tanto de la reforma educativa planteada por Saavedra, que ella seguramente seguirá, imprimiéndole su sello personal.

La educación, que hará que el país cambie positivamente para todos, se basa en ofrecer calidad en todas sus etapas: primaria, secundaria y universitaria, y facilitarle a los chicos la capacidad de acceder a ella. La fórmula, que parece sencilla, no lo es tanto en nuestro país: educación de calidad donde se califique a profesores y colegios, y estudiantes que puedan llegar físicamente a sus colegios y se les dé algo de comer para que puedan aprender. Ello fuera de enfermedades que se puedan detectar y curar en las escuelas.

En cuanto a la educación universitaria, sabemos además que hay universidades que estafan a los padres de familia brindando una educación de muy baja calidad. Para ello hay que acreditarlas y transparentar los resultados de cada cual, a fin de que los peruanos podamos elegir.

¡Suerte, Marilú, los peruanos necesitamos una buena educación! ¡Ahora te toca a ti!

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