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Una primera idea hablaba de Mater como un brazo investigador para Central, hace casi cinco años. El que nos conectaría como equipo, al “mundo de afuera” en Perú, en referencia al afuera de la ciudad de Lima, afuera de una cocina, o afuera de este espacio urbano con poco lugar para cultivos, con poca naturaleza que descubrir.

Sucedía que cada viaje a Cusco había abierto nuevas ventanas. Y cada una significaba una historia que no conocíamos, de un lugar, una persona, o un producto. La necesidad de hacer un Mater Iniciativa se dio probablemente en un vuelo de regreso de esta ciudad a Lima. Una organización que funcionaría con más gente. Fuimos marcando a quiénes sería vital hacer parte. Era absolutamente necesario sumar a disciplinas distintas, para que nos aporten ópticas diferentes y nos ayuden a descifrar lo que en cada viaje iríamos encontrando.

Así, con el objetivo primario de registrar productos peruanos en su origen, decidimos seguir viajando, recorrer más regiones. El mar de Tumbes, los manglares, Piura (costa y valle), alturas de Cajamarca, Escalera en Tarapoto, Iquitos, Tambopata en Madre de Dios, la extrema altura en Áncash, el Valle Sagrado, Acomayo, Ocucaje, Samaca, La Merced, la lista es larga, y cada nombre nos remite a una experiencia irrepetible.

No podemos estar más agradecidos con biólogos, botánicos, antropólogos, geógrafos, que vieron como nosotros, que al saber más sobre insumos, o sobre más aspectos de su entorno natural, social o cultural, se ponen en valor producto, comunidad e historia. Y al informar sobre lo que descubrimos, le damos ese lugar fundamental a la investigación y un espacio merecido a la curiosidad, que creemos que debe seguir existiendo como un gran motor que nos impulsa.

Con el tiempo, Mater se convirtió en un ente que camina en paralelo al restaurante, que sirve de vehículo, de conector, para más personas. A eso apuntamos ahora, a ser difusores, a gestionar conocimiento, siempre con la ayuda de especialistas en distintas áreas. Y podría sonar ambicioso, pero lo decimos, buscamos que en un tiempo corto, para cualquier persona del mundo, reconocer que existen más de 50 razas de maíces, o 4200 variedades de papas en Perú, no sea discutible. Y que si buscas encontrar hojas de congona para infusión, sepas exactamente en qué localidades andinas de altura crecen silvestres, así como si quieres disfrutar una huatía poscosecha de raíces y tubérculos, planees tu viaje en una temporada especial por región y por momento. Hacia allí nos dirigimos.

Por: Malena Martínez -