Sin participar en la campaña electoral, la primera dama Nadine Heredia es una de las protagonistas del escenario político por estos días. No solo porque un peritaje fiscal confirmó que la letra de las agendas era de ella, sino por una supuesta cercanía a Julio Guzmán y su plancha presidencial.

Luego de tres meses desde que el Ministerio Público decidiera investigar la procedencia de la letra de las cuatro agendas, aceptadas como suyas por parte de la señora Heredia, los peritos grafotécnicos dictaminaron que en la mayoría de los textos la letra le pertenece a la Primera Dama. Un detalle crucial para el curso de las investigaciones sobre lavado de activos.

El otro caso resonante en el que Nadine está involucrada es sobre el presunto vínculo de esta con candidatos de la plancha del partido Todos por el Perú. Primero, se mostraron evidencias de la participación de Julio Guzmán en un evento de la Juventud Nacionalista en 2013, en que la esposa del presidente Humala era la expositora principal. Luego se publicaron fotos de Juana Maura Umasi, candidata a la primera vicepresidencia de Todos por el Perú, junto a la señora Heredia.

El tiempo hasta el 10 de abril es escaso. Julio Guzmán tiene que ejecutar con suficiencia una idea sobre cómo gobernará. Sin embargo, lo principal en estas horas es convencer a la gente de que no tiene ninguna relación con las altas esferas del poder. En ese propósito no puede haber recreos ni lagunas.

Hasta el momento, Julio Guzmán no ha sido contundente en su defensa, solo apeló a la trillada frase “me quieren bajar” y un poco más y dice que fue un extra en ese evento del nacionalismo.