GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

A medida que se acerca el 5 de junio, fecha en la que los peruanos volveremos a las urnas para elegir en segunda vuelta al próximo presidente del país, los ánimos se van caldeando en las tiendas políticas que competirán.

Si pensábamos que las propuestas de ambos candidatos se medirían entre sí, resultando vencedor indiscutible el mejor plan de gobierno, resulta que la realidad está degradando ese ideal. Por ahora, fluyen los ataques frontales y hasta personales. Al parecer, tendremos que postergar nuestras expectativas hasta el 29 de mayo, fecha del debate presidencial. Abrigamos esta esperanza luego de que los representantes de ambos partidos políticos, luego de una reunión con el Jurado Nacional de Elecciones, Idea Internacional y el Consorcio de Investigación Económica, coincidieron que el debate es una gran oportunidad de dirigirse a los ciudadanos y que “hay disposición para buscar mecanismos efectivos para que sea un debate de ideas”.

Sin embargo, antes del debate, queda un mes en los que no se debe caer al campo de los agravios y lo peor de la política.

Los últimos enfrentamientos entre ambos, surgieron a raíz de esa anacrónica polarización entre ricos y pobres. Keiko le calificó a PPK de “el candidato de los grandes empresarios”, a lo que Pedro Pablo contraatacó diciendo que “la Confiep apoya a rabiar a Keiko”.

Los impulsos y la vehemencia están jugando en contra de ambos candidatos presidenciales. Como dicen todos los analistas, las elecciones las definirán las clases medias, que están muy alejadas de esa forma de hacer política, con zancadillas y peleas.