A través del Twitter, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) ha advertido que persisten las bajas temperaturas en la sierra sur del país, específicamente en zonas como Puno, Arequipa, Moquegua y Tacna, por lo que sería bueno saber que si el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, que supo reaccionar bien ante la emergencia del llamado Niño costero, podrá hacer algo similar en las mencionadas zonas, donde todos los años tenemos gente fallecida. Hace pocas semanas, los peruanos hemos sido capaces de ver cómo las cosas se hacen bien cuando hay voluntad de hacerlas bien. Lamentablemente, a lo largo de muchos años, las heladas en el sur del país han sido parte del paisaje, pues todo el tiempo bajan las temperaturas, hay víctimas mortales, los habitantes de esas zonas pierden siembra y ganado y -como remate- el Estado no es capaz ni de equipar los centros de salud a fin de atender casos de males respiratorios.

Si por estos días vemos a la ministra de Salud, Patricia García, haciendo esfuerzos para controlar el dengue luego de unos primeros días de inexplicable desatención en centro de salud en la zona norte del país, es de esperarse que también le veamos trabajando directamente en la zona que ya está siendo afectada por las bajas temperaturas. Si es necesario mover aviones y helicópteros de las Fuerzas Armadas para hacer evacuaciones, pues habrá que hacerlo también. Es de esperarse que con esta nueva administración de gobierno, por fin el Estado sea capaz de cortar con esa inhumana costumbre de desatender a los peruanos que habitan en la sierra sur del país, donde los niños no tienen ni zapatos para caminar en medio del hielo. A lo largo de muchos años, los peruanos hemos visto esas dramáticas escenas en los medios. Sin embargo, al año siguiente sucede lo mismo, pese a que las bajas temperaturas están previstas con mucha anticipación.

Un país que se dice civilizado, que cuenta con recursos incluso para hacer unos cuestionados Juegos Panamericanos, que ha sido capaz de atender ante la emergencia del norte, que alista la reconstrucción tras El Niño costero y que hasta sueña con ser parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), no puede exhibir año tras año cifras de niños fallecidos por un evento atendible con un poco de voluntad política.