Mientras el presidente Humala considera que las denuncias presentadas contra su esposa y la cobertura dada por los medios constituyen violencia contra la mujer, las últimas cifras oficiales del Ministerio de Salud muestran que por segundo año consecutivo la mortalidad materna ha aumentado en el país. En lo que va del año se produjeron 349 muertes de mujeres relacionadas al embarazo y al parto. ¿Sabía que el aborto es la tercera causa de muerte materna en el Perú?

La mortalidad materna es evitable si es que se cuenta con atención médica oportuna. Por ello, las atenciones pre y posnatal son tan importantes como el parto institucionalizado; es decir, en un hospital o centro de salud. Un estudio multipaís del Banco Mundial descubrió que no basta con la inversión en infraestructura (hospitales, carreteras y caminos) para que las mujeres lleguen a los hospitales. El respeto por la cultura, el idioma, el machismo y la violencia de género son factores que inciden en la mortalidad. Una mujer quechuahablante que es obligada a desvestirse para ser atendida preferirá dar a luz en su casa con los riesgos que ello implica.

La brecha de acceso a la salud sigue siendo mucho mayor en los sectores más pobres y alejados. El riesgo de mortalidad materna es mayor en adolescentes y mujeres mayores, mientras más hijos tengan y más seguidos sean los embarazos. Por ello, el acceso a métodos anticonceptivos es crucial. Más aun, la brecha de acceso a salud sigue siendo mucho mayor en los sectores más pobres y alejados.

El Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar de los 90 fue diseñado para permitir que las mujeres más pobres accedieran a servicios de salud, buscando además reducir las altas tasas de mortalidad materno-infantil entre los más pobres. Lamentablemente, la utilización política de las mal llamadas “esterilizaciones forzadas” llevó a la cancelación del programa. Estas son las consecuencias.