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Con el gobierno entrante se abren nuevas oportunidades en el país. Se espera mucho de este nuevo presidente, sobre todo un liderazgo efectivo y un cambio de estilo. Todo para que los peruanos seamos menos pobres y, como lo ha repetido el presidente, sea el nuestro un país más moderno.

Fernando Zavala es el director de orquesta que deberá lograr un equipo que funcione y trabaje en forma coordinada con unas cuantas tareas por año bien definidas y comunicadas a los peruanos para así medir los logros del gabinete.

Los ministros, todos importantes, tendrán tareas más urgentes unos que otros. Carlos Basombrío es quizá a quien se le pedirá más porque estamos con serios problemas de seguridad. Él tendrá que dar muestras de control en los primeros días de su gestión, pero debemos entender que el problema de seguridad es un problema en el que todos debemos colaborar y no únicamente el ministro del Interior. Cada quien puede hacer lo suyo para cuidarnos y evitar en lo posible ser presas de delitos. Él deberá coordinar con Defensa y la DINI, no solo es su responsabilidad.

Alfredo Thorne deberá evaluar si reduciendo el IGV, pero con metas de déficit, inyectará mayor liquidez para que el país crezca como se sostiene. El destrabe deberá contar con profesionales que sepan, para demostrar que se puede, y no como en el lustro pasado, donde todo se ha empantanado con un MEF que opina en todo y que por ende, en lugar de ser un promotor de la inversión, se ha convertido en un enemigo de la misma.

Ana María Romero-Lozada deberá lograr que el friaje sea una política pública y no un problema de julio y agosto, pues no podemos tener más niños y ancianos muriendo de frío. Y Cayetana Aljovín deberá demostrar que sus conocimientos de gestión pública llevarán los programas sociales a quienes los necesitan.

En suma, mucho que hacer por delante y demasiada expectativa.