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El anuncio de la creación de la Oficina de Apoyo al Cónyuge del Presidente de la República ha generado una polémica más en el panorama político nacional. Por una parte, están los defensores: los del Ejecutivo, quienes argumentan que esta medida ordenará y transparentará la representación de la Primera Dama en actividades de apoyo social. En las antípodas están los detractores que argumentan que no ha sido necesario darle un rol de funcionaria pública ni ponerle una estructura jerárquica. “Es una trivialidad, es una tontería”, dijo el congresista Mauricio Mulder.

La función de la Primera Dama en el Gobierno es un tema muy sensible luego de lo ocurrido con Nadine Heredia en el quinquenio pasado. Por ello, hasta el expresidente Alan García rompió su silencio y dijo que en el 2006 se suprimió el “Despacho de la Primera Dama” y se ahorró 9 millones de soles. Un dato que trae a colación que con la nueva oficina creada por el presente Gobierno se gastará 3 millones de soles en cinco años, “un presupuesto pequeño”, según dijo el presidente Pedro Pablo Kuczynski.

Si bien es cierto que Nancy Lange no es Nadine Heredia, igual se generó ruido político con el anuncio del jefe del gabinete ministerial, Fernando Zavala, sobre la tarea de representación que tendrá la esposa del Jefe de Estado.

La gente perdió la confianza en la capacidad y la transparencia de la señora Heredia en el Gobierno de Ollanta Humala. Sin embargo, ahora son otros tiempos. Se espera que la Primera Dama actual esté a la altura del liderazgo eficiente de su esposo y que se involucre seriamente a apoyar causas sociales.

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