VIRGILIO MARTÍNEZ

Equipo Mater Iniciativa

Hay momentos en que uno quiere disfrutar en familia una comida simple, preparada por alguien querido. Otros en que se necesita ser práctico, comerse una ensalada nos hará sentir bien con nosotros mismos, y de paso nos ahorramos un tanto si la hacemos en casa. Seguro en nuestro lugar de trabajo nos han impuesto un menú que un día nos gusta y otro no, igual habrá alguna opción a elegir fuera, esas empacadas que de sabor podrán no ser espectaculares, pero nos llenan y sirven de combustible para rendir el día. Habrá momentos en que nos provoca un gran sánguche, acompañado de papas y hasta una soda en vaso gigante. Y habrá para algunos un gran evento que celebrar, donde apostamos por una experiencia de “lujo” de la que planeamos acordarnos lo que resta del año, porque nos es importante.

Cada una de estas es una decisión que según nuestro estado de ánimo, nuestro tipo de trabajo, el tiempo del que disponemos o la capacidad de nuestro bolsillo, hará que vayamos por un camino o el otro. Y ninguna es menos válida, solo distintas. Siguen siendo presentadas por cocineros, sigue siendo acerca de comida y acerca de alimentarnos.

Pero también estas opciones están teñidas por los diferentes estilos de la gente. Habrá personas para las que la comida debe ser contundente, y sobre todo de sabores familiares, mientras hay otras para las que lo más importante no es satisfacer una necesidad biológica sino ser sorprendidos.

Sabemos que en Lima hay cada vez una oferta de comida más variada, por ello se presentan grandes retos para cubrir los gustos y seguir innovando. Nosotros, que presentamos a diario una cocina creativa que cuenta historias, que conecta con ecosistemas naturales, que busca sorprender, somos conscientes que no representamos sino un porcentaje minúsculo en el amplísimo espectro de opciones que existen hoy en el país. Entonces, lo que sucede con el mayor porcentaje, el que corresponde a los restaurantes de tradición, comida rápida, los fast casual, saludables, los muchos y muy buenos. En esa variedad lo importante es seguir abriendo caminos para que haya siempre calidad, profesionalismo y cariño. Confundirnos con los momentos, el estilo de un restaurante, o en la expectativa de lo que buscamos puede generar críticas innecesarias, descontento, o total insatisfacción. Hay opciones para todos los gustos, a veces solo hace falta conocerlas bien de antemano.

TAGS RELACIONADOS