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Un gabinete binacional con Chile, así como el que funciona periódicamente entre Perú y Ecuador, puede ser el paso más firme para una consolidación social y económica entre ambos países.

Dos naciones sudamericanas que, en vez de estar mirando algunas rencillas provocadas por su clase política enfoca su visión para hacerle frente al mercado externo, muestran una señal saludable y responsable

El presidente Pedro Pablo Kuczynski ha puesto la mira en el mercado internacional, para que ambos países puedan hacerles frente a las barreras proteccionistas de algunas naciones. Actuar en bloque con ideas y propósitos similares puede traernos más beneficios que resquicios.

Es más, para que la mala política no asome sus narices criticando este pacto binacional, la duda de un posible comercio del gas -un insumo del que adolece Chile- para el país sureño ha quedado descartado con la prioridad del mercado peruano antes que el extranjero.

De esta manera, junio de 2017, fecha para el primer gabinete binacional Perú-Chile en el que participan algunos ministros clave, puede ser el primer paso para futuros importantes acuerdos entre ambas naciones.

Además del tema económico, como liberar de gravamen a algunos productos peruanos, las propuestas también deben considerar los temas de seguridad, salud, educación; sistemas en los que el país sureño nos lleva cierta ventaja y de los que podemos poner en práctica en nuestro suelo.

Sin duda, este acercamiento entre Perú y Chile, que comenzó con la llegada de inversionistas chilenos para dialogar con Kuczynski, empieza a cuajar dejando atrás las discrepancias que pueden haberse crispado por la demanda limítrofe de nuestro mar. Aprovechemos este primer paso.

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